El Acuerdo Fiscal con el FMI en 2018 y los aspectos tributarios que afectan a la Argentina.
Resumen
El crédito público con el exterior es una herramienta financiera que colabora a sobrellevar
crisis económicas en distintos momentos, sin embargo, la experiencia en nuestro país no ha
sido favorable tras 23 (veintitrés) acuerdos suscriptos durante 41 de los 65 años que pasaron
desde que el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu firmó el convenio de Breton
Woods.
Tal como se expone en el presente artículo, la característica fundamental de dichos acuerdos
es que incluyen condicionamientos a las políticas macroeconómicas y la experiencia
argentina demuestra que el modelo teórico en el que se basa el Fondo Monetario
Internacional empeora el resultado fiscal, ya que para financiar el pago de la deuda se acude
a reformas fiscales, como la introducida por la Ley N° 27.430 vigente a partir del 1 de enero
de 2018.
El FMI identifica la “mala gestión fiscal” como uno de los principales factores subyacentes
a una alta inflación, un gran déficit en cuenta corriente y un crecimiento negativo, lo que
requiere de cambios sustanciales en la política fiscal, formando una parte importante de los
compromisos que un país miembro debe asumir cuando recibe apoyo financiero de este
organismo.
Sin embargo, la reforma fiscal introducida profundizo la crisis económica y previsional con
la consecuente fuga de cerebros argentinos, ante la falta de oportunidad de crecimiento
económico, ya que estos créditos los abonan las generaciones futuras, sumado a que la
reforma fiscal analizada favoreció el tratamiento impositivo hacia las inversiones financieras
y no productivas de beneficiarios del exterior.